¿Qué significa la palabra “swinger”?
La palabra swinger se deriva del verbo inglés “to swing” que significa balance, libertad de movimiento, oscilación; swinger pues, es aquella persona con amplio criterio, casada o soltera, que decide ejercer su libertad de acción en lo que respecta su vida sexual. Esto incluye el intercambio de pareja, la práctica de sexo en grupos de tres personas o más y todas las variaciones que puedan surgir con ello, dependiendo de las preferencias personales. Y aunque muchas personas confunden el estilo de vida swinger con el “wife swapping” o intercambio de parejas que siendo parte del movimiento swinger no lo es todo, cada vez más solteros de ambos sexos de todas las edades adoptan este excitante estilo de vida.
Estoy interesado, pero ¿cómo logro que mi esposa se interese en swingear? (Usamos a la esposa como ejemplo, pero bien puede ser el esposo.) Esta es probablemente la pregunta más frecuente. En primer lugar, swingear no es atrayente para todos y podría ser que tu esposa sea una de esas personas que no sólo no le encuentran atractivo sino que inclusive lo vean como algo negativo, fundamentalmente por prejuicios de orden religioso muy difíciles de cambiar. Pero si realmente piensas que ella podría terminar por disfrutar con ello, te sugerimos que la persuadas lentamente, estableciendo desde el inicio que la amas por encima de todas las cosas y que su decisión debe ser enteramente libre, porque esa es la idea, que tú y ella ejerzan su libertad. No la presiones, sino que haz que gradualmente ella se sienta cómoda con la idea de ampliar la relación sexual de su matrimonio más allá de los convencionalismos tradicionales. Fantaseen con ello primero, para que de esa manera, todo sea gentil, amable y con profundo amor, que finalmente, es lo que realmente cuenta en un verdadero matrimonio. Pero es que no sé cómo traer el tema a colación. Temo espantarla. La conversación es fundamental y la falta de ella es probablemente, la causa número uno de problemas en un matrimonio, sea éste swinger o no. Muéstrale por ejemplo páginas como ésta, despertando su natural curiosidad y sobre todo, hablar, hablar y hablar. Este es el punto más importante. Bien, parece que le interesó.
¿Qué hago ahora?
Antes que nada, interésate en conocer sus fantasías. Demasiadas parejas tienen problemas graves porque resulta que cada quién busca lo mejor para sí mismo sin pensar en su otra mitad y acaban por convertir su matrimonio en un diálogo entre sordos. Explora su sensualidad así como la tuya y una vez que tengas claro qué podría ser lo más satisfactorio para ella, contacta con servicios como éste, donde podrás contactar con personas afines y con las mismas inquietudes de ustedes. Te sorprenderás de ver cuántas personas sienten y piensan lo mismo que tú. Internet es un magnífico medio para iniciar esos contactos a través de intercambio privado de mensajes e ideas, hasta que sientas la seguridad de que un encuentro personal llegará a un feliz término. He visto anuncios de clubes swinger o de reuniones que algunas personas convocan en periódicos o revistas.
¿Cómo es eso?
Bueno, la diferencia entre un contacto por Internet y un encuentro cara a cara con otras personas es precisamente esa, que en los clubes de ambiente siempre estarás bien aconsejado ya que las relaciones públicas del local hacen que tu estancia sea agradable, y además estas viendo a las personas cara a cara. Desafortunadamente, el movimiento swinger es relativamente joven, lo cual trae como consecuencia que no sea socialmente tolerado y mucho menos aceptado, además de que como sucede en otras actividades de nuestra vida nacional, suele estar sumamente desorganizado. Por el contrario, al usar el correo electrónico -Internet-, las personas que contactes te hablaran previamente de sus preferencias, estilos de vida, formas de pensar, fantasías, etc. incluyendo muchas veces el intercambio de fotos, para que de ese modo reduzcas al mínimo el riesgo de experiencias desagradables (aunque muchas veces la mentira es muy común en Internet), al verte las caras en el local la cosa puede cambiar mucho. La sencilla lectura de los mensajes (estilo de redacción, vocabulario, maneras, etc.) te dará un muy buen indicio de cómo es aquella persona que te contacta así como de su nivel sociocultural y sus intenciones. Como es obvio, los contactos telefónicos o por buzones de correo normal que ciertos boletines te ofrecen no pueden cubrir toda esta gama de información previa y lo más importante, interactiva. Los locales de ambiente siguen siendo hasta ahora la mejor opción para contactos privados y seguros.
¿Qué tipo de persona swingea?
Gente muy normal y encuentras de todo, desde políticos de alto nivel hasta estudiantes de universidades, personas casadas, solteras, divorciadas o viudas.
El swinger promedio tiende a ser muy abierto, muy poco conservador y no permite que sus creencias religiosas le impidan pasar un buen rato tanto a él como a su pareja -o al revés-. Y encuentras todo tipo también de personalidades: fumadoras, no fumadoras, deportistas, amantes de la música y de la buena mesa, altas, delgadas, bajas, llenitas, jóvenes y maduras, guapas y no tanto, atléticas, intelectuales, en fin, toda la gama de posibilidades del quehacer humano. OK; ponemos un anuncio o contestamos uno.
¿Que debemos decir?
Siempre la verdad. Descríbanse tal y como son y pon muy en claro desde el inicio qué es exactamente lo que están buscando. Sean específicos aunque para ello no hace falta ser descortés o grosero. Si pones un anuncio, una foto descriptiva hará aumentar las respuestas de una forma exponencial y no, no tienen que ser fotos de desnudo o de “acción” si no lo deseas así, aunque claro, mientras más “sexys” más atractivas resultan. Aunque a muchos le parezca lo contrario, erotismo no es lo mismo que pornografía. Trajes de baño sugestivos o lencería fina resultan atractivos para la mayor parte de las personas que podrían contestar tu anuncio. Cuando contestes algún anuncio, no envíes de inicio fotos más íntimas ni tu número de teléfono hasta convencerte de que la o las personas del otro lado son reales y son bien intencionadas y honestas. Hay personas que lo único que quieren es coleccionar fotos sexys o intercambio de correspondencia “caliente” sin comprometerse a la acción en vivo; es cuestión de preferencias personales. Bien. Contestamos nuestro primer anuncio.
¿Cómo hacemos la primera cita?
Te recomendamos acuerden la primera entrevista en un local liberal. Esto te da la libertad de decir “No, gracias” y darte la vuelta si las cosas no funcionaran como es debido (siempre encontrarás en el local con ayuda de la relaciones públicas otra pareja que os agrade más). Previamente, acuerda con tu pareja un código de “entendimiento”: que tu esposa pida, por ejemplo, otra copa significaría “sí”, que te diga que tiene que hablarle a la niñera o a la hermana significaría que “no”, que se acomode quiere decir “quizás”, y así por el estilo. Sean puntuales -las buenas maneras son muy importantes para disipar tensiones y hacer que todo mundo se sienta más cómodo- y sean muy específicos en las señas personales de cada quién para encontrarse -modelo o tipo de automóvil, vestido, etc.- aunque probablemente para ese momento, sepan mutuamente por las fotos como son físicamente.
¿Existe algo así como un manual de etiqueta swinger?
Sí, aunque es un código no escrito y está normado más que nada por el sentido común y por el trato social. He aquí ciertos puntos recomendables de etiqueta swinger:
1. Sé cortés. Todos queremos ser tratados como personas, no como objetos y la cortesía es agradecida por todos. Trata a todos con consideración, sensibilidad y discreción. Recuerda la regla de oro: trata a los demás como quieres que te traten a tí.
2. Sé amigable. Aunque no te interesara llevar a cabo alguna experiencia sexual con otra pareja o persona, respeta sus sentimientos, porque ¡quién sabe! Probablemente resulten ser personas interesantes y que te puedan aportar algo diferente.
3. Contesta todos los mensajes. No dejes de contestar los mensajes que se te envíen, aun cuando sea para decir simplemente “No, gracias”; de esa manera evitas que alguien pierda el tiempo y te lo haga perder a tí… ésta es una mínima cortesía que le debemos a nuestro prójimo (o prójima).
4. Prepárate. Si deciden tú y tu pareja concretar una cita con alguien (llegar a la relación sexual), toma las previsiones del caso. Te recomendamos fuertemente llevar y usar condones de látex y no está de más que en el neceser de tu esposa incluyan, así como otros efectos personales (peine, lipstick, enjuague bucal, etc).
5. Limpieza e higiene. Sí, todos sabemos que eso es parte de la educación, pero te sorprendería saber cuántas personas, por ejemplo, no se han enterado de que su aliento no es muy agradable. Revisa todos los detalles a este respecto; conviene, por mencionar uno, que en vez de desodorante -que es cubrir un olor con otro- usaras antitranspirantes perfumados, los que evitan el que sudes en exceso en ciertos momentos comprometedores.
6. Toma en cuenta los sentimientos de los demás. Observa si tu esposa y la otra pareja o persona actúa de un modo relajado o tenso, para que de ese modo, contribuyas a disipar con un momento de buen humor o con una conversación amena cualquier cosa que pueda molestar a los demás. Recuerda, no todos sentimos ni pensamos igual.
7. No fuerces situaciones. Si alguien -incluyendo tu esposa- dice NO, no se vale preguntar POR QUÉ, porque después de todo, el ser swinger significa la libertad de criterio y de acción tanto para tí como para los otros. Y evade cualquier situación que pueda hacer que tu esposa perciba como forzada. También toma en cuenta que no todos tenemos el mismo ritmo ni facilidad en la toma de decisiones; hay parejas que al inicio parecieran titubear mucho antes de aceptar finalmente tener una o varias relaciones sexuales; esto es natural y comprensible; intentar forzar las situaciones probablemente termine por provocar reacciones contrarias en los demás.
8. Sólo acepta lo que sea divertido para todos. Recuerda, esa es la idea, divertirse y pasar un rato agradable. No pongas tu idiosincrasia o forma de pensar a discusión ni polemices con las ideas de otros, porque lo que podría ser un encuentro sumamente divertido puede acabar por convertirse en una discusión política o religiosa que no conduce a nada. Ya nos entrevistamos y todo parece estar bien;
¿Qué sigue?
Si todos están de acuerdo -recuerda, NO es NO todo el tiempo- hablen libremente de las reglas del juego. No permitas que la natural timidez deje asuntos pendientes que más tarde puedas lamentar. Recomendamos ampliamente el uso de locales liberales, el ambiente que se respira las instalaciones los espectáculos las relaciones públicas hacen disfrutar más de tus experiencias, en lugar de llevar a extraños a tu casa. Ya después, el tiempo dirá, pero no necesariamente querrás compartir con tus nuevos conocidos más que un buen rato en la cama. Póngase de acuerdo en los detalles: un cuarto para todos o un cuarto para cada pareja, uso obligatorio de condones -altamente recomendable-, tiempo para las actividades, etc. Soy soltero o quiero swingear sólo.
¿Encontraré algo para mí?
Para muchos swingers, este estilo de vida es algo más que el contacto físico, es algo casi filosófico. El compartir a la pareja es una cuerda con dos extremos y las personas solas tienden a ser un poco egoístas y más dispuestas a recibir que a dar, sin que esto sea una norma general. Muchas veces los solteros tienden a presionar las situaciones (“A lo que venimos ¿no?”) o a cortejar descaradamente a la dama sin tener en cuenta los sentimientos de su pareja. Muchos varones tienen fantasías de ver a sus esposas hacer el amor con otros hombres, pero en ello va una mezcla de excitación y de celos. Si eres soltero y quieres proponerte como opción para estos tríos, debes tener en mente que eres un invitado y que debes respetar las normas de tus anfitriones, cualesquiera que éstas sean. Es la única manera en que no sólo podrás disfrutar, sino que al proporcionar placer a los demás, acabarás por ser invitado a más experiencias de este tipo. Ahora bien si eres mujer y más o menos joven, entras dentro de lo que llamamos “el sueño “: hacer el amor con dos mujeres al mismo tiempo. Cada vez resulta frecuente que más mujeres -casadas y solteras- tengan inquietudes bisexuales, lo cual abre también otra vía altamente estimulante para encuentros satisfactorios para todos. Una vez más, una actitud abierta, honesta y franca, allana todos los caminos. ¿Y los contagios de enfermedades? Contra lo que muchos podrían pensar, el medio swinger parece estar en el grupo de población con menos enfermedades venéreas, precisamente por ser llevado este estilo de vida por personas de alto nivel educativo promedio. Actualmente, no cualquiera puede acceder a Internet lo que de entrada, pone un cierto filtro aunque no es garantía de nada.
¿Qué otro tipo de riesgos puede haber por este tipo de contactos?
El primero y más usual -aparte obviamente de las enfermedades venéreas- es “el cotorreo”, personas no honestas o mal intencionadas y que suelen abundar en los sitios Web de anuncios gratuitos, los que equivalen a escribir un número de teléfono en la pared de un baño público. Hay personas que, por ejemplo, solo por morbo o curiosidad hacen cita con la pareja de incautos tan sólo para no llegar a la cita o aún peor, llegar maliciosamente escondidos para ver quién o cómo se ve la pareja engañada. Hay también personas que se proponen como pareja swinger pero en el momento de la cita resulta que, “mágicamente”, la esposa no pudo llegar o no tuvo con quién dejar a los niños. Y también existen los conspiradores, swingers solteros de ambos sexos que se hacen pasar como pareja o matrimonio para engatusar a los novatos. Por ello, insistimos, es conveniente reunirse en un local de ambiente donde los dueños te aconsejarán la mejor manera de solucionar estos problemas. PIENSA MUCHO ANTES DE DAR TU TELEFONO O DIRECCION DE TU CASA.
¿Debemos reducir de medidas para poder swingear?
No estaría mal, por cuestiones de salud personal y autoestima, pero no permitas que esos kilitos de más te detengan en la exploración de su sensualidad. No es improbable que encuentres parejas o personas solteras más que dispuestas a pasar un buen rato con ustedes sin que las “llantitas” ajenas les estorben, aunque sí debemos decirte que los matrimonios delgados y bien proporcionados son los más solicitados.
¿Qué otras opciones existen aparte del contacto en locales liberales?
Hay muchos sitios en internet, así como anuncios de personas que han encontrado un modo de vida en organizar fiestas o reuniones swingers, lo cual estaría muy bien si no fuera porque dejan sin atender muchas cosas importantes, y una de ellas es la escasa privacidad que tendrás en esos lugares, hoteles, casas particulares, que por su misma condición, son públicos, es decir, cualquiera te puede encontrar en ellos y puedes también encontrar a cualquiera en ellos…aún a aquellas personas que menos desees encontrar. Y otro detalle más: van muchos solteros curiosos y morbosos simplemente a ver qué pescan…si esa es la preferencia tuya y de tu pareja, bueno, ya sabes a lo que te atienes…pero si eso no es así y eres como muchos de nosotros y prefieres llevar este estilo de vida de manera discreta y privada.
¿Cuál es el secreto para llevar una vida swinger exitosa?
¡Comunícate! Habla con tu pareja, habla con otros swingers y sé tan atento y cortés con tu esposa como lo debes ser con la otra pareja. Según estudios recientes llevados a cabo en la Universidad de California (USC), el 85% de las parejas swingers entrevistadas refirieron haber mejorado de una forma notable su relación de pareja después de iniciarse en este estilo de vida, tanto en lo sexual como en lo afectivo; sus relaciones sexuales de pareja, aun después de años de casados, tienen una frecuencia de cuatro veces por semana, muy superior al promedio en los Estados Unidos y muchos describen su relación personal como más cálida e íntima, al haberse convertido en “cómplices” además de esposos. Y es natural, porque si una pareja puede discutir abiertamente su vida sexual, es lógico que puedan discutir -y solucionar- cualquier otro problema de la vida cotidiana en común. Pero es importante poner énfasis en lo siguiente: Si una pareja tiene ya problemas graves, el swingear no es la solución. El estilo de vida swinger es para parejas que se aman, que se aceptan como son y que tienen consideración del uno por la otra. ¡Divierte y haz que los demás se diviertan!